Todo el mundo sabe que el calcio es imprescindible para muchas de las funciones de nuestro organismo. Entre otras: es esencial para la formación y mantenimiento de los huesos y dientes, coagulación de la sangre, transmisión del impulso nervioso o la contracción muscular.
Los productos lácteos son los más conocidos como fuente de calcio ya que además aportan vitamina D que favorece la absorción rápida y fácil. Sin embargo, existen muchos otros alimentos que sirven de alternativa. Os damos algunos ejemplos de estos:
Algunos pescados como sardinas, salmón o caballa, cereales, vegetales como cebolla, calabazas o zanahorias, frutos secos y semillas como nueces o almendras.
Así que… Si eres intolerante o alérgico a la leche ¡no lo olvides, tienes muchas otras opciones para tomar calcio!
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