¿A quién no le gusta sonreír? Pase lo que pase siempre hay que intentar sonreír… ¿y por qué no? Un acto lo más sencillo y contagioso, con el que conseguimos sentirnos bien y agradar a los demás.

¿No has pensado alguna vez que tu perro te sonríe? Y es que según dicen algunos científicos es cierto, los perros también sonríen. En el libro ‘El hombre conoce al perro’ (Man Meets Dog) se describe la sonrisa canina como: “al sonreír, el perro abre de forma ligera sus fauces y enseña un poco su lengua”

En definitiva, todos tenemos nuestra propia sonrisa que nos identifica, nos da personalidad y autoestima. Pero para sonreír a gusto tenemos que estar conformes con ella. Los dentistas la relacionamos con la mini estética, ya que intentamos conseguir que sea relacionada con una percepción agradable y bella. Pero lo que sí es cierto, es que tiene que ser bella y satisfactoria para uno mismo sin pensar en los demás.

Así que te aconsejo que sonrías, y que sonrías a gusto. ¡Devuélvele la sonrisa a tu perro!