Este es un hábito muy común en niños pequeños, pero si se da con mucha frecuencia o durante mucho tiempo puede influir de manera muy negativa para él. Ya que produce cambios importantes en la oclusión: influyendo no sólo en los dientes también en los tejidos óseos.

Es por esto, por lo que te damos algunas ideas que pueden servir para que tu hijo deje de chuparse el dedo:

• Lo primero es hablar con el niño: intentar saber el porqué de este hábito, le explicaremos de modo en que él lo entienda, los problemas que acarrea si sigue con el hábito y motivarle para que lo deje.
• Muchos niños lo entienden y quieren dejarlo, el problema es que en muchos es un hábito fuerte, por lo que podemos ayudarle poniéndole algo en el dedo que no le agrade la succión como un esparadrapo o mordex (sustancia amarga que venden en las farmacias). O se lo podemos recordar de forma oral cada vez que lo veamos realizando el acto.

El problema es que algunos niños lo hacen para llamar la atención de sus padres, por lo que el recordatorio oral resultaría un refuerzo positivo para que el niño.

• Recompensas: podemos decirle al niño que le vamos a dar algún premio si deja de chuparse el dedo.
• Hay veces que el niño necesita ayuda de un psicólogo para que deje el hábito.
• Por último, después de todas estas opciones, está la de colocar algún aparato en boca que impida el hábito, para esto acuda a su dentista, quién verá cuál es el más adecuado para él.